2 Samuel 17a. Los que ministraron a David y el pueblo con él
Léase por favor 2 Samuel 17:27-29
Algo breve sobre el fin de este capítulo 17.
“Luego que David llegó a Mahanaim, Sobi hijo de Nahas, de Rabá de los hijos de Amón, Maquir hijo de Amiel, de Lodebar, y Barzilai galaadita de Rogelim, trajeron a David y al pueblo que estaba con él, camas, tazas, vasijas de barro, trigo, cebada, harina, grano tostado, habas, lentejas, garbanzos tostados, miel, manteca, ovejas, y quesos de vaca, para que comiesen; porque decían: El pueblo está hambriento y cansado y sediento en el desierto.”
Hemos ya mencionado como el primero mencionado aquí en esta lista de personas que vinieron con tanta dispensa para David y el pueblo que estaba con él era hijo de un amonita; y no cualquier amonita sino uno que insultaba y maltrataba a los siervos de David, enviados para simpatizar con el por la muerte de su papa. “Después de esto, aconteció que murió el rey de los hijos de Amón, y reinó en lugar suyo Hanún su hijo. Y dijo David: Yo haré misericordia con Hanún hijo de Nahas, como su padre la hizo conmigo. Y envió David sus siervos para consolarlo por su padre. Mas llegados los siervos de David a la tierra de los hijos de Amón, los príncipes de los hijos de Amón dijeron a Hanún su señor: ¿Te parece que por honrar David a tu padre te ha enviado consoladores? ¿No ha enviado David sus siervos a ti para reconocer e inspeccionar la ciudad, para destruirla? Entonces Hanún tomó los siervos de David, les rapó la mitad de la barba, les cortó los vestidos por la mitad hasta las nalgas, y los despidió.” 2 Samuel 10:1-4 Dije que este era el hijo de Hanún pero posiblemente era su hermano; no siempre es posible saber con seguridad cuando dice “hijo” pues a veces quiere decir “nieto”. Sea como sea, es otra prueba que el seguir al Señor o, al contrario, menospreciarlo no es una cosa familiar. Nahas había tratado con bondad a David (no sabemos cómo ni donde fue eso pues la escritura no explica este evento o eventos) y su hijo, por malas influencias de unos consejeros o amigos, lo menospreciaba a David, insultando a sus siervos. Pero que ánimo ver aquí que o su hermano o su hijo Sobi se ejercitaba tan fuerte para apoyar a David y su pueblo cuando todo le iba en contra. Me hace pensar una hermana, esposa de un hermano que trabajaba en la obra, diciendo a su hijo que se quejaba de su hermana “De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí” enfatizando “cada uno”. Romanos 14:12 No podemos culpar a nuestros padres u otra familiar si desviamos de la senda de honrar y obedecer al Señor. Este Sobi no seguía en los pasos de su familiar sino se sacrificaba grandemente en apoyo de David.
La segunda persona era Maquir hijo de Amiel, de Lodebar. De él sabemos casi nada, pero una vez había refugiado a Mefi-boset en los tiempos cuando él temía la ira de David como descendiente del rey Saul. Aunque es pura invención de mi mente, espero que mis hermanos me perdonan por pensar que Mefi-boset paso la voz a esta familia que le había guardado en el tiempo de miedo con palabras mas o menos así: “Sabes que, yo pensaba que David me quería matar. Pero en vez de encontrar la ira cuando llegue a la casa de David, encontré una bendición que no hubiera podido ni imaginar.” Así imagino que Mefi-boset tenia un testimonio fuerte de la bondad de David, y no se quedaba satisfecho de aprovechar él mismo de sus grandes galardones, sino elogiaba a David a los que antes conocía para que ellos también apreciarían cuan bueno era David. ¡Ojalá que nosotros seamos iguales! ¿Compartimos las buenas nuevas de nuestro David, el Señor Jesús a nuestros amigos y conocidos?
El tercero en este grupo era un hombre muy viejo. “Era Barzilai muy anciano, de ochenta años, y él había dado provisiones al rey cuando estaba en Mahanaim, porque era hombre muy rico.” 2 Samuel 19:32 Como siempre en mis estudios pongo “queridos jóvenes y amigos” es porque empecé esta serie de estudios hace veinte años con el deseo de ayudar a los jóvenes. Pero aquí tenemos a un anciano de ochenta años que, por su propio testimonio estaba perdiendo sus esfuerzos. “De edad de ochenta años soy este día. ¿Podré distinguir entre lo que es agradable y lo que no lo es? ¿Tomará gusto ahora tu siervo en lo que coma o beba? ¿Oiré más la voz de los cantores y de las cantoras?” Pero, de todos modos, hasta su vejez su corazón estaba por David. Hace dos semanas hablaba yo sobre Abisai en el Zoom con los hermanos de Bolivia. Una de las cosas que me anima tanto acerca de Abisai es que, siendo aun viejito, su fidelidad a David no cambiaba. Defendía a David, socorriéndolo y matando al gigante Isbi-benob. ¡Qué gran ánimo a nosotros, seamos jóvenes o ya un poco mayor, ver a los hermanos mayores fieles hasta el fin de su carrera! Pienso del hermano Margarito Colquis, conocido por mis hermanos peruanos, quien en una forma humilde y calladito servía al Señor hasta fue llamado a su presencia hace varios años. “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.” Hebreos 13:7
Su hermano solo por gracia, Felipe Fournier