1Sam 9 Samuel escucha a la voz de Jehová

Categoría de nivel principal o raíz: Antiguo Testamento
posted by: F Fournier

1 Samuel 9, Samuel escucha la voz de Jehová y encontramos a Saúl

Léase por favor 1 Samuel 9

 

Lo que leemos en el libro de Oseas fue dicho por Jehová muchos años después de lo que ocurre en nuestro capítulo, pero si nos enseña algo; “¿Dónde está tu rey, para que te guarde con todas tus ciudades; y tus jueces, de los cuales dijiste: ¿Dame rey y príncipes? Te di rey en mi furor, y te lo quité en mi ira.”  Oseas 13:11 Pero si Dios les dio rey en su furor, también vemos que había gracia y su provisión en este nuestro capítulo donde vemos al hombre Saúl, lo mejor que la carne puede proveer.  También vemos Dios arreglando las circunstancias de todo, por una forma providencial.  Esta palabra “providencial” quiere decir que Dios está formando las circunstancias tal que no se puede decir que pasó algo milagroso, pero obviamente es la mano de Dios.  Vemos esto muy claramente también en el libro de Ester donde las cosas comunes de la vida cotidiana (el rey no podía dormir, por ejemplo) llegan siendo Dios preparando las circunstancias tal que su voluntad sea cumplida. 

 

Vemos primero en este capítulo la clase de hombre que era Saúl, tanto en lo positivo.  Joven, alto, valiente, y guapo son las primeras cosas físicas que se nota.  “Y tenía él un hijo que se llamaba Saúl, joven y hermoso. Entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él; de hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo.”  (Veremos después que, a pesar de su valentía y altura, no había la fe para salir contra Goliat, pero esto espera por otro día para meditar.)  Toda aparte de estas características físicas, había cosas de su espíritu y actitud que son impresionantes.  Es obediente y sumiso a su padre, y además respetuoso y cariñoso hacia él, todas cosas buenas.  El escucha a sus menores como escuchaba las palabras de su siervo.  Además, cuando Samuel le habla de los planes de Dios para con él, contesta con palabras de mucha humildad.  “Saúl respondió y dijo: ¿No soy yo hijo de Benjamín, de la más pequeña de las tribus de Israel? Y mi familia ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué, pues, me has dicho cosa semejante?”  En todo esto vemos la mano de Jehová proveyendo al hombre que cualquiera diría “este hombre seguramente tiene todo lo que necesita un líder para prosperar.”  Veremos en el futuro el gran contraste de Saúl con David, el hombre según el corazón de Dios.  Por el momento, solo vemos las palabras de Jehová a Samuel en aquel día futuro; “Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido. Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”

 

Ahora vemos lo de Samuel, deprimido quizás por el mal comportamiento de sus hijos y su fracaso como líderes del pueblo de Israel, y el rechazo del pueblo.  Pero de todos modos en este capítulo vemos la comunión intima entre Samuel y Jehová.  Samuel recibió dos veces la comunicación de Jehová directa acerca de Saúl.  Primero, “Jehová había revelado al oído de Samuel, diciendo: Mañana a esta misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y salvará a mi pueblo de mano de los filisteos; porque yo he mirado a mi pueblo, por cuanto su clamor ha llegado hasta mí.”  Samuel como un niño había oído primeramente la voz de Jehová hablándole de noche, palabras de juicio contra la casa de Eli.  Ahora escucha que Jehová, a pesar de la rebelión del pueblo pidiendo rey para ser semejante a las naciones paganas, les iba a proveer en su gracia y misericordia un rey que les iba a salvar de la mano de los filisteos. Después, “Y luego que Samuel vio a Saúl, Jehová le dijo: He aquí éste es el varón del cual te hablé; éste gobernará a mi pueblo.”

 

¡Qué clase de Dios conocemos!  Vemos como su mano puede hacer alabarle hasta la ira de hombre.  “Ciertamente la ira del hombre te alabará; Tú reprimirás el resto de las iras.”  Salmo 76:11 Este principio es bien importante en el día de hoy cuando vemos el caos de este mundo.  Vemos a líderes malvados gobernando y el pueblo sufriendo.  Vemos a las maldades creciendo, que las autoridades aprueban como si fueran cosas buenas.  Pero no olvidamos que nuestro Dios está detrás de la escena, dirigiendo sus fines para la bendición espiritual de su pueblo.  

 

Vemos brevemente por terminar las “casualidades” que pasaron en este capítulo, todo por la mano de Dios.  Los asnos perdidos y Saúl con su criado andando buscando; su búsqueda inútil; Samuel justo en el pueblo donde Saúl iba a llegar; las doncellas que salían por el agua que les encuentra en el camino; el día de la ofrenda de paz; todas son cosas de la vida cotidiana pero no fueron en verdad “casualidades” sino la mano providencial de Dios mismo.  Samuel, el hombre caminando en comunión con Jehová, podía ver todo del lado de Dios y regocijarse en los consejos de Dios, aunque por el momento no conocía su fin de conducir por sufrimiento a su rey escogido David.  Podía poner sobre Saúl los honores que pensaba poner sobre sus hijos, pero no vemos para nada en Samuel cualquier marca de envidia o celo.  Verdaderamente es un ejemplo por nosotros las bendiciones de una vida seguida en comunión con Dios.

F. Fournier