1 Samuel 8, Samuel se equivoca, pero después busca a Jehová

Léase por favor 1 Samuel 8

Con un poco de angustia leemos las primeras palabras de este capítulo 8, después de ver con alegría el discernimiento y piedad mostrado en el profeta Samuel anteriormente.  “Aconteció que, habiendo Samuel envejecido, puso a sus hijos por jueces sobre Israel.”  ¿Acaso pidió consejo de Jehová antes de presumir que sus hijos iban a ser jueces?  Desgraciadamente no, y la única vez en la serie de jueces que estudiamos en el libro de Jueces que vemos un hijo de juez tomando lugar de liderazgo después de su padre fue el caso de Abimelec, hijo de Gedeón que llegó a ser líder corrupto y malo delante de Jehová.  No era malo que Samuel tuviera buenas intenciones y deseos para con sus hijos, pero no eran designados por Jehová tomar un lugar de liderazgo del pueblo de Dios.  ¿Y el resultado?  “Pero no anduvieron los hijos por los caminos de su padre, antes se volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho.”  ¡Que tristeza para el padre tan fiel tener hijos así!  No eran como los hijos de Eli, pero indudablemente era una decepción muy grande a su padre.

Pero el pueblo de Israel, en vez de buscar a Jehová, buscaba su modelo en el ejemplo de las naciones.  “Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Ramá para ver a Samuel, y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones.”  O, ¡que nosotros tomemos consejo de esta desgracia en la historia de Israel!  ¿A dónde refugiamos en nuestros problemas?  En el tiempo de Eli, buscaron su refugio en el arca, y el resultado fue un desastre.  Años después, bajo la guía del fiel profeta y juez Samuel, buscaron a Jehová y encontraron todo lo necesario.  Pero ahora, con este problema, quieren ser como todas las naciones.  Dios había informado a Eli acerca de un rey venidero; “Y yo me suscitaré un sacerdote fiel, que haga conforme a mi corazón y a mi alma; y yo le edificaré casa firme, y andará delante de mí ungido todos los días.” 1 Samuel 2:35 Pero el día no había venido y el pueblo de Israel, siempre rebelde, busca su consuelo en un rey que ellos mismos iban a escoger.   Así es en el cristianismo hoy en día.  Mientras el mundo va de mal en peor, en vez de buscar el modelo en la palabra de Dios y en sus preceptos, se busca modelo en el mundo para dirigirse.

Pero Samuel, aunque se equivocaba poniendo sus hijos en el lugar de liderazgo, sabe dónde encontrar su refugio dado la petición del pueblo.  “Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová.”   Siguiendo el ejemplo de su mama, quien en su desolación de espíritu oraba a Jehová, Samuel encuentra su refugio en Jehová.  No dice que a Samuel no le agradaba que pensaren mal de sus hijos.  Bien sabía que sus hijos no se habían mostrado dignos de la posición.  Pero se daba cuenta de su petición por un rey para ser como las naciones no iba a resultar bien.   

“Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.”  Me hace pensar las palabras del Señor Jesús a sus discípulos en Juan 15 “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros.”  Samuel caminaba con Jehová y participaba en el rechazo del pueblo, después de tantos años de fiel servicio. 

Pero en este lugar de comunión con Jehová, le queda más trabajo, y el trabajo de profeta, para advertir al pueblo del futuro y lo malo de su petición.  “Ahora, pues, oye su voz; más protesta solemnemente contra ellos, y muéstrales cómo les tratará el rey que reinará sobre ellos…Dijo, pues: Así hará el rey que reinará sobre vosotros: tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros y en su gente de a caballo, para que corran delante de su carro; y nombrará para sí jefes de miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren sus campos y sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra y los pertrechos de sus carros…”  ¿Estamos sorprendidos de su respuesta? “Pero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel, y dijo: No, sino que habrá rey sobre nosotros; y nosotros seremos también como todas las naciones.”  Samuel no había tomado consejo de Dios antes de hacer jueces de sus hijos, pero ahora en su angustia, el acepta el consejo de Jehová “Jehová dijo a Samuel: Oye su voz, y pon rey sobre ellos.” 

F. Fournier