1 Samuel 20 David y Jonatán
Léase por favor 1 Samuel 20
“Después David huyó de Naiot en Ramá, y vino delante de Jonatán, y dijo: ¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi maldad, o cuál mi pecado contra tu padre, para que busque mi vida?” ¡ Samuel 20:1
“Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?” Juan 18:35
En este momento de su vida, David con honestidad podía preguntar, “¿Qué he hecho yo?”. Más tarde, era necesario que dijera “…David a Natán: Pequé contra Jehová.” 2 Samuel 12:13
Aun más tarde tuvo que decir “Yo pequé, yo hice la maldad; ¿qué hicieron estas ovejas?” 2 Samuel 24:17
Cuando pensamos de Jesús a quien Pilato dijo “¿Qué has hecho?” Escuchemos la voz de su Padre; “Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” Mateo 3:17
Escuchemos también la voz del mismo Señor Jesucristo “Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.” Juan 8:29
Escuchemos otra vez la voz del ladrón muriendo al lado de Jesús en la cruz “Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; más éste ningún mal hizo.” Lucas 23:41
David era prototipo del Señor Jesús en su rechazo y felizmente vemos que tenía por lo menos un amigo fiel durante esta época de su vida. “Y Jonatán dijo a David: Lo que deseare tu alma, haré por ti.”
Vemos a Jonatán aquí casi llevando el vituperio de David. Digo “casi” pues vemos al fin que no podía dejar la casa de su padre. Hasta este punto su fidelidad no tiene comparación. “Y Jonatán respondió a su padre Saúl y le dijo: ¿Por qué morirá? ¿Qué ha hecho?” 1Samuel 20:32
No fue movido nada por la amenaza de su padre Saúl que el mismo iba a perder el reino por amor a David pues sabía demasiado bien que David era el ungido de Jehová y el heredero del trono de Israel por derecho y por justicia. “Entonces se encendió la ira de Saúl contra Jonatán, y le dijo: Hijo de la perversa y rebelde, ¿acaso no sé yo que tú has elegido al hijo de Isaí para confusión tuya, y para confusión de la vergüenza de tu madre? Porque todo el tiempo que el hijo de Isaí viviere sobre la tierra, ni tú estarás firme, ni tu reino.” Tristemente, aun por esta demonstración del furor de su padre, ni después cuando echaba la lanza, cambiaba su parecer de quedarse en casa de su padre en vez de seguir al rechazado David. Pero se nos dice “Y se levantó Jonatán de la mesa con exaltada ira, y no comió pan el segundo día de la nueva luna; porque tenía dolor a causa de David, porque su padre le había afrentado.” 1Samuel 20:34 A nosotros la palabra se nos dice “Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio.” Hebreos 13:13. Vemos a Jonatán con algo de tristeza que llevaba el vituperio de David, pero salir fuera del campamento, no se atrevía.
Otra cosa vemos en David que no concuerda como prototipo de Jesucristo. “Si tu padre hiciere mención de mí, dirás: Me rogó mucho que lo dejase ir corriendo a Belén su ciudad, porque todos los de su familia celebran allá el sacrificio anual.” 1 Samuel 20:6. Estaba aconsejando a su amigo que dijera una mentira por amor de David. Nuestro Señor Jesús nunca hacia tal caso. “Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.” Juan 1:17
Terminamos nuestro estudio esta semana con algo más que quizás nos hace entender porque Jonatán no salía de la casa de Saúl para seguir a David en su rechazo. “Y esté Jehová contigo, como estuvo con mi padre.” 1Samuel 20:13. Le faltaba a Jonatán un entendimiento de la diferencia entre David, el hombre de fe escogido de Dios, y su padre Saúl, el hombre de la carne escogido por el pueblo. Pero lo que no le faltaba era la seguridad que el reino era de David. “Y si yo viviere, harás conmigo misericordia de Jehová, para que no muera, y no apartarás tu misericordia de mi casa para siempre. Cuando Jehová haya cortado uno por uno los enemigos de David de la tierra, no dejes que el nombre de Jonatán sea quitado de la casa de David.” 1Samuel 20:14-15. A esta confianza y petición, era David cien por ciento fiel. Tantos años después “Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán?” 2 Samuel 9:1 Y de allí sale la historia tan preciosa de Mefi-boset, hijo de Jonatán. Además, ¿no nos parece lindo que Jonatán se encomendaba a la protección del hombre rechazado y aparentemente sin poder ninguno? ¿No es así con nosotros, mis amados hermanos? ¿No hemos acudido debajo de las alas del Hijo de Dios, el rey ungido pero rechazado? Me hace pensar de las palabras de Boz a Rut. “Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.” Rut 2:12
F Fournier