1 Samuel 19 El amor o apreciación de David, ¿cómo es con usted?
Léase por favor 1 Samuel 19
“Habló Saúl a Jonatán su hijo, y a todos sus siervos, para que matasen a David; pero Jonatán hijo de Saúl amaba a David en gran manera, y dio aviso a David…”
Vimos ya como lo malo en el corazón de Saúl empezaba a salir contra David por la envidia acerca de las canciones de las mujeres “Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a sus miles, Y David a sus diez miles.” Pensaba en el capítulo anterior usar a los filisteos para matar a David, pero no alcanzaba su objetivo; en cambio, vio como Jehová estaba con David y le daba miedo. Ya en nuestro capítulo Saúl quiere hacer una conspiración contra David y veremos como el pueblo de Israel tenía que escoger con quien iban a aliarse; con el ungido de Dios, David o con el rey actual. En esto Saúl llega a ser prototipo del Anti-Cristo, el falso pastor quien va a liderar a la nación apostata de Israel en un futuro no muy lejano, creemos nosotros, después que nosotros somos arrebatados.
Pero volviendo a meditar sobre nuestro capítulo, vemos tres personas relacionadas con David y me parece que pueden representar varias clases de personas en el día de hoy. Uno es Jonatán, un hombre cuya fe no es de dudar, uno que amaba a David con una devoción sincera que nunca disminuía hasta el día de su muerte. Jonatán no entendía el odio de su padre para David y pensaba que quizás era una falta de entendimiento. Pensaba si podía explicarle bien la situación cambiaria de parecer. Así preparaba sus argumentos, bien razonables seguro. “Y Jonatán habló bien de David a Saúl su padre, y le dijo: No peque el rey contra su siervo David, porque ninguna cosa ha cometido contra ti, y porque sus obras han sido muy buenas para contigo; pues él tomó su vida en su mano, y mató al filisteo, y Jehová dio gran salvación a todo Israel. Tú lo viste, y te alegraste; ¿por qué, pues, pecarás contra la sangre inocente, matando a David sin causa?” ¿Quién podía discutir contra tales argumentos, llenos de lógica y de verdad? Si fuera problema de falta de entendimiento, seguro las explicaciones de Jonatán hubieran sido satisfechas en todo sentido. Pero lo que parece que Jonatán no entendía era que, lo que faltaba a su padre era la seguridad que Dios es bueno y su voluntad es lo mejor. Saúl quería que el reino quedara en su familia y sospechaba que David era competencia para tal cosa, aunque David ni una sola vez se presento como competencia. Si Saúl sabía en este momento acerca de la verdad de que Jehová lo había enviado a Samuel a ungir a David como rey de Israel, no sabemos. (Seguro que los hermanos de David no lo anunciaban pues ellos tampoco lo apreciaron.) Mas tarde Saúl le dijo “Y ahora, como yo entiendo que tú has de reinar, y que el reino de Israel ha de ser en tu mano firme y estable.” 1 Samuel 24:20
Jonatán pensaba que sus argumentos habían persuadido a Saúl su padre y así parecía. “Y escuchó Saúl la voz de Jonatán, y juró Saúl: Vive Jehová, que no morirá.” ¡Un juramento! ¿No probaba la sinceridad de su palabra un juramento? No, desgraciadamente no sino en poco tiempo se revela su odio de nuevo. David estaba ministrando a Saúl como siempre cuando de nuevo intentaba matarlo. “El espíritu malo de parte de Jehová vino sobre Saúl; y estando sentado en su casa tenía una lanza a mano, mientras David estaba tocando. Y Saúl procuró enclavar a David con la lanza a la pared, pero él se apartó de delante de Saúl, el cual hirió con la lanza en la pared.”
Me hace pensar de unos que quieren que un pariente muy amado acepte a Cristo como Salvador. Como Jonatán, con toda sinceridad tratan de explicar la grandeza de la salvación que Jesús hizo en la cruz. Acaso son animados cuando hay expresiones de acuerdo como seguro Jonatán dijo a David que su papa había cambiado. Pero como nos dice la escritura “por sus frutos los conoceréis.” Mateo 7:20. No quiero desanimar a cualquier persona entre mis lectores que anhela la salvación de un ser querido. Solo quiero mostrar que no es por argumentos persuasivos y lógicos que las personas se salvan. Solo por la obra del Espíritu Santo en el corazón de va a haber un cambio de verdad.
La tercera persona, más complicada, que encontramos en este capítulo es Mical esposa de David, pero quizás consideremos a ella la semana que viene, si Dios quiere.