1Sam 18 El amor de Jonatán y otros por David

Categoría de nivel principal o raíz: Antiguo Testamento
posted by: F Fournier

1 Samuel 18 El amor de Jonathan y otros por David

Léase por favor 1 Samuel 18

 

“Aconteció que cuando él hubo acabado de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó Jonatán como a sí mismo.”

 

“Y viniendo David a Saúl, estuvo delante de él; y él le amó mucho, y le hizo su paje de armas.” 1 Samuel 16:21

“Más todo Israel y Judá amaba a David, porque él salía y entraba delante de ellos.”

 

Aquí vemos tres tipos o ejemplos, todos usando la palabra “amor.”  Pero creo que entendemos muy bien que todo no era igual.  Solo vemos en el primero, el amor motivado por la fe.  Jonatán había visto en David un joven valiente quien probaba su fidelidad por arriesgar su vida saliendo contra el filisteo.  Jonatán lo amó a David como a sí mismo, un amor no pasajero que veía en David alguien digno del trono de Israel.  ¡Qué bueno si fuera así con nuestros corazones!  Un corazón ligado con el corazón de nuestro Señor Jesucristo, no quien arriesgaba la vida sino el que dio su vida en rescate por la nuestra.

 

¿Qué tal los otros que “amaron” a David?  Bueno, sabemos demasiado bien el amor de Saúl se cambió primero a envidia.  “Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles.  Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino. Y desde aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David.”  Este hombre egoísta y orgulloso se sentía disminuido por el atrevimiento de un hombre que confiaba en Jehová.  Pero va de mal en peor.  Después de la envidia y “ojos malos” viene el temor y por fin, el odio.  “Pero Saúl, viendo y considerando que Jehová estaba con David, y que su hija Mical lo amaba, tuvo más temor de David y fue Saúl enemigo de David todos los días.”  El mal corazón de Saúl está saliendo más y más.  ¡Enemigo del hombre que le había consolado con su arpa, que nunca tenía un solo pensamiento en contra Saúl, y quien había salvado a Israel!  ¿No es así con el hombre inconverso que rehúsa el don de Dios?  No acepta el regalo de Dios, el don de su hijo muerto en la cruz por su salvación, sino considera que Dios está contra el con ganas de echarlo en el infierno.

 

¿Qué tal el pueblo quienes admiraban a David por su humildad y ayuda contra sus enemigos?  “…él salía y entraba delante de ellos.”  Hay gente así en el mundo hoy en día, pues son profesantes del cristianismo y se comportan con algo de piedad.  Van a la iglesia de vez en cuando.   Cuando están en peligros, claman a Dios por su ayuda.  Pero ¿Qué pasó cuando Saúl buscaba a David para matarle?  No lo protegía nada.   Unos años después David fue a librar los habitantes de Keila de los filisteos.  Saúl escuchando que allí estaba David, pensaba ir a buscarlo con el fin de matarlo.  “Dijo luego David: ¿Me entregarán los vecinos de Keila a mí y a mis hombres en manos de Saúl? Y Jehová respondió: Os entregarán.”  1 Samuel 23:12-13 ¿Después de ser librados de los filisteos, esta gente que había admirado a David y lo había amado, ¿no lo va a proteger de Saúl?  No, claro que no, pues su amor era una cosa condicional, basado en las circunstancias.  Así el Señor Jesús enseñaba “Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.”  Mateo 13:20-21

 

¡Ojalá que seamos nosotros como Jonatán!  Entregaba su ropa, su espada, su arca y su manto a su amado salvador David.  El amor suyo cambiaba su forma de ser, su forma de vivir.  No era una cosa ligera ni pasajera.   Algunos han comentado que le faltaba darle sus zapatos y puede ser que hay una enseñanza allí pues Jonatán por toda la sinceridad de su amor y afecto, nunca se distanciaba de su padre.  No caminaba en pos de David sino se quedaba siempre en la casa de su padre.   Eso no cambia que su fe en Jehová fuera verdadera y su amor por David era constante e incambiable.  Pero el amor por su padre era tal que no podía separarse de su compañía y el resultado fue su muerte inesperada de la mano de los filisteos.

F Fournier