2Sam 19. El duelo de un padre

Categoría de nivel principal o raíz: Antiguo Testamento
posted by: F Fournier

2 Samuel 19, el duelo de un padre

Léase por favor 2 Samuel 18:33, 19:1-8

 

 “Entonces el rey se turbó, y subió a la sala de la puerta, y lloró; y yendo, decía así: ¡Hijo mío Absalón, hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera que muriera yo en lugar de ti, Absalón, hijo mío, hijo mío!” 2 Samuel 18:33

“Dijo David a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y ellos respondieron: Ha muerto. Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró. Después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan, y comió…. Más ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.” 2 Samuel 12:19-23

“Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos. Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.” Mateo 18:10-11

Las lágrimas de David, su llanto y sus palabras solo pueden entender a uno que ha visto a un hijo morir en sus pecados.  Acaso nos parece extraño que este hombre que no había corregido en nada a sus hijos cuando eran pequeños los hubiera podido amar tanto, especialmente un hijo rebelde como Absalón quien había fornicado con las concubinas de su padre solo para avergonzarle y proclamar a todo el mundo que pensaba de su padre.  Pero acaso fue por eso mismo que David lloraba tanto, sabiendo que él mismo llevaba cierta responsabilidad por haber faltado tanto en la crianza de sus hijos.  Sabemos poco del padre y familia de David, pero si sabemos que su bisabuelo era un hombre de mucha fe.  “Salmón engendró a Booz, y Booz engendró a Obed, Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David.” Rut 4:21-22  La fidelidad de David el pastor de las ovejas de su padre sabemos bien por sus palabras a Saúl en el día que salió contra Goliat, como confiaba en Jehová quien lo había salvado del oso y del león.   Sus Salmos nos cuentan de sus experiencias de la vida y no podemos imaginar que su padre y abuelo compartieron la fe de Booz.  ¿Cómo era entonces que David no criaba a sus hijos en este mismo temor de Dios?  Acaso es una pregunta que no podemos contestar.  Solo vemos las consecuencias en la angustia de su alma viendo a su hijo muerto sin la fe en Jehová.  Cuando murió el pequeño niño de Betsabé, dejaba de ayunar y suplicar a Jehová, sabiendo “Yo voy a él, mas él no volverá a mí.”  Pero con Absalón dijo “¡Quién me diera que muriera yo en lugar de ti, Absalón, hijo mío, hijo mío!”

Nos da la confianza, por lo menos, que los niños que mueran tiernos están debajo de la sombra de la cruz de Cristo y el valor de su preciosa sangre. “Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.”  Como se ha notado muchas veces antes, pero vale la pena mencionar de nuevo, el dicho del Señor Jesús acerca de Zaqueo fue “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.”  Lucas 19:10 Al adulto o al niño que puede entender, el Señor Jesús lo busca porque se ha extraviado.  A los niños que no entienden, el Hijo del hombre vino a salvarlos.  Voy a añadir algo que pienso, aunque no lo puedo probar por la escritura y acaso otro me puede ayudar con esto.  Cuando en Señor viene por los suyos en el arrebatamiento, pienso que estos pequeños niños de padres cristianos se van con sus padres.  No veo como el Señor dejaría estos niños para ser criados por los incrédulos que han rechazado la salvación que hay en Cristo Jesús. 

Hemos extraviado quizás un poco lejos de nuestro capítulo, pero debe de ser una cosa de ejercicio a nosotros padres (y a mi edad abuelos) de criar a nuestros hijos en el temor de Dios. “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.”  Efesios 6:4 La angustia de David era profunda y no tenía remedio ya.  Era demasiado tarde pues no podía morir por su hijo y él bien lo entendía.

Joab, habiendo sido él que mataba a Absalón, no tanto por defender a David sino por defender a su propia posición, manifiesta una crueldad innecesaria al padre con su corazón quebrantado. Da pena leer sus palabras tan duras al padre angustiado; “Entonces Joab vino al rey en la casa, y dijo: Hoy has avergonzado el rostro de todos tus siervos, que hoy han librado tu vida, y la vida de tus hijos y de tus hijas, y la vida de tus mujeres, y la vida de tus concubinas, amando a los que te aborrecen, y aborreciendo a los que te aman; porque hoy has declarado que nada te importan tus príncipes y siervos; pues hoy me has hecho ver claramente que si Absalón viviera, aunque todos nosotros estuviéramos muertos, entonces estarías contento.” Creo que tenemos mucha enseñanza en las Escrituras acerca del trato con los que están en grandes angustias.  Hemos visto como Eliseo defendía la conducta de la mujer de Sunem.  “Luego que llegó a donde estaba el varón de Dios en el monte, se asió de sus pies. Y se acercó Giezi para quitarla; pero el varón de Dios le dijo: Déjala, porque su alma está en amargura, y Jehová me ha encubierto el motivo, y no me lo ha revelado. Y ella dijo: ¿Pedí yo hijo a mi señor? ¿No dije yo que no te burlases de mí?”  2 Reyes 4:27-28 No es tiempo de corregir a uno que está en angustias sobre la pérdida de un ser querido por su falta de fe.  Es tiempo de mostrar simpatía y compasión, mostrado en perfección por nuestro Señor Jesús en la tumba de Lázaro con estas palabras que han animado a tantos que han perdido seres queridos; “Dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. Jesús lloró.  Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba.”  Juan 11:34-35

Seguimos más adelante en el capítulo la semana que viene, Dios mediante.

Su hermano solo por gracia, Felipe Fournier