2 Samuel 10 Gracia rechazada y abusada
Léase por favor 2 Samuel 10
“Y dijo David: Yo haré misericordia con Hanún hijo de Nahas, como su padre la hizo conmigo.” De esta historia, la palabra de Dios no nos cuenta. Acaso cuando David huía de Saul, este amonita Nahas había refugiado a David. Sea como sea, vemos como David no olvidaba esta misericordia que se había mostrado, aunque era por un amonita. Sabemos la historia de los amonitas y moabitas, hijos de Lot, sobrino de Abraham. Ellos no eran amigos de Israel; en verdad, la historia nos cuenta porque Jehová los condenaba. “No entrará amonita ni moabita en la congregación de Jehová, ni hasta la décima generación de ellos; no entrarán en la congregación de Jehová para siempre, por cuanto no os salieron a recibir con pan y agua al camino, cuando salisteis de Egipto, y porque alquilaron contra ti a Balaam hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia, para maldecirte.” Deuteronomio 23:3-4 Pero a pesar de esta maldición, vemos como Rut, moabita, no solo entró en la congregación, sino también fue hecho madre en la línea del Señor Jesús. Así hemos visto como David mostraba la gracia a un nieto de Saul por amor de Jonatan y aquí quiere mostrar la gracia a un amonita, pues había recibido la misericordia de Nahas, amonita.
Hemos visto en Mefi-boset un prototipo del remanente de Israel recibiendo plena gracia de parte del hijo de David, el Señor Jesucristo. Aquí vemos la oferta de gracia a un gentil, y así será en el día futuro. Pero como es en el día de hoy cuando la salvación por plena gracia se ofrece a todos… “Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.” Apocalipsis 22:17no todos quieren aceptar. Acaso sea por acusaciones de la tracción como era aquí. “¿Te parece que por honrar David a tu padre te ha enviado consoladores? ¿No ha enviado David sus siervos a ti para reconocer e inspeccionar la ciudad, para destruirla?” No había tal cosa en el corazón de David; igual el hombre en sus pecados sospecha que los planes de Dios, fin de cuentas, son mal intencionados. No puede creer que Dios es un Dios de amor, aunque bien puede creer que Dios es un Dios de juicio. Su mala conciencia le dice que merece el juicio y su mente trastornado por el Enemigo le dice lo mismo. Solo la fe en la palabra de Dios nos dice lo contrario. Pero la gracia rechazada si resulta en el juicio.
“Entonces Hanún tomó los siervos de David, les rapó la mitad de la barba, les cortó los vestidos por la mitad hasta las nalgas, y los despidió. Cuando se le hizo saber esto a David, envió a encontrarles, porque ellos estaban en extremo avergonzados; y el rey mandó que les dijeran: Quedaos en Jericó hasta que os vuelva a nacer la barba, y entonces volved.” ¿Para que esta insulta a los siervos de David? El hombre es malo a lo profundo de su ser, totalmente arruinado por el pecado. Lo vemos una y otra vez en la escritura, y sobre todo por el trato del hombre pecador al hijo de Dios, Jesucristo, Dios manifestado en la carne. “Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué, pues, queréis que haga del que llamáis Rey de los judíos? Y ellos volvieron a dar voces: ¡Crucifícale! Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aun más: ¡Crucifícale!” Marcos 15:12-14 David, en cambio, entendía la vergüenza de sus siervos y les deja esconderse hasta que su vergüenza fuera cubierta. Esto si es un buen ejemplo por nosotros que busquemos no avergonzar a otros.
Hemos visto como David confiaba en Joab antes, aunque sabia en su corazón que Joab no era un hombre de fe. Pero otra vez, David enviaba a Joab; ““Y viendo los hijos de Amón que se habían hecho odiosos a David, enviaron los hijos de Amón y tomaron a sueldo a los sirios de Bet-rehob y a los sirios de Soba, veinte mil hombres de a pie, del rey de Maaca mil hombres, y de Is-tob doce mil hombres. Cuando David oyó esto, envió a Joab con todo el ejército de los valientes.” Joab hablaba palabras aparentemente buenas a su hermano (que en verdad era un hombre de fe y amor para David); “Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le pareciere.” Dijo “nuestro Dios” como muchos en el día de hoy. Usan el nombre de Dios, pero tristemente muchos carecen de la fe real. El resultado de los esfuerzos de Joab y el ejército no eran eficaces para derrotar al enemigo. Solo lo hicieron refugiar en sus ciudades. Era necesario que David saliera por fe en contra el enemigo con todo Israel para ganar la victoria completa sobre los amonitas y sirios. “Viendo, pues, todos los reyes que ayudaban a Hadad-ezer, cómo habían sido derrotados delante de Israel, hicieron paz con Israel y le sirvieron; y de allí en adelante los sirios temieron ayudar más a los hijos de Amón.” Así será en el día futuro que el Señor Jesucristo va a salir delante de Israel y tumbar todos sus enemigos antes de tomar su reino.
En el capítulo siguiente veremos como la tendencia de David de enviar a otros para batallar en vez de ir el mismo, por fin terminaba en el mismo derrotado por el pecado. Acaso nos ponemos cansados a veces del camino de andar por fe y queremos dejar que otros se lo hagan. Me refiero a cosas de la vida diaria; levantarnos un poco temprano para abrir la palabra y orar; ejercitarnos después de un día de trabajo cotidiana salir por irnos a la reunión de oración o del estudio bíblico. “Me siento cansado; me quedo en la casa a mirar la tele porque es menos trabajo.” Así el enemigo toma ventaja y a David lo que pasó en nuestro capítulo debería haber sido una advertencia. Pero no prestaba atención y tristemente los resultados eran malos y tristes en el extremo.
Su hermano solo por gracia, Felipe Fournier