1 Samuel 28b Saúl en la casa de la bruja
Léase por favor 1 Samuel 28:8-25
“Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada.” Mateo 12:43-45
“Y consultó Saúl a Jehová; pero Jehová no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas. Entonces Saúl dijo a sus criados: Buscadme una mujer que tenga espíritu de adivinación, para que yo vaya a ella y por medio de ella pregunte.”
La semana pasada meditábamos sobre la condición de David, involucrado con los filisteos y comprometido por sus mentiras de ser guarda espaldas para un rey filisteo, el enemigo de Israel. Pero a pesar de lo triste de la condición espiritual de David en este momento, no es nada comparado con la tristeza y angustia de Saúl, un hombre sin recursos por ser por toda su vida uno sin fe verdadera en Jehová, nada más, podemos decir “un profesante.” El versículo de Mateo 12:43 habla del espíritu de idolatría que moraba en Israel y por eso, fueron cautivos a Asiria y Babilonia, ambas naciones de Efraín y Judá. Efraín fue dispersado entre las naciones para no regresar hasta un día aun futuro, pero Judá, por la misericordia de Jehová, volvía en los días de Zorobabel, Esdras, y Nehemías, tres grupos distintos. Desde aquel tiempo, profetizado por el profeta Jeremías y el tema de la oración de arrepentimiento de Daniel (Daniel 9), la nación de Israel nunca volvía a la idolatría. “y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada.” “Desocupada” quiere decir que no tenía ya el espíritu de idolatría. Sin embargo, cuando vino el hijo de Dios, su Mesías, Cristo Jesús, ¿Cómo le dieron el bienvenido? “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? …Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.” Mateo 2:1-3
Así que, la casa era limpia de la idolatría, pero ¡cuántas personas había que tenían demonios dentro de sí! Así las naciones que no tienen el conocimiento de Dios por medio de Jesucristo se encuentran en graves problemas con el poder del diablo. Saúl, en su angustia y desesperación, por no tener recursos en Jehová, buscaba la ayuda de las mismas personas que trataban con demonios, que alguna vez el mismo había intentado eliminar por la buena influencia de Samuel. La mujer se había escondido en los tiempos que Saúl buscaba eliminar los mismos, y aun ahora está nerviosa acerca de la petición. Disfrazado, Saúl estaba en su presencia cuando ella dijo “He aquí tú sabes lo que Saúl ha hecho, cómo ha cortado de la tierra a los evocadores y a los adivinos. ¿Por qué, pues, pones tropiezo a mi vida, para hacerme morir?” Lo triste es que en este momento Saúl juraba por Jehová (¡imagínese!) que nada malo le iba a pasar. Cuando ella vio al muerto Samuel, se espantaba mucho, pues los demonios con que ella había tratado antes no eran de verdad los espíritus de los muertos. Los espíritus de los muertos son encarcelados; “…los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca…” 1 Pedro 3:19 El Señor Jesús es el único que tiene el poder de la muerte; Satanás no tiene esta entrada.
“…viendo la mujer a Samuel, clamó en alta voz, y habló aquella mujer a Saúl, diciendo: ¿Por qué me has engañado? pues tú eres Saúl.” Ella se daba cuenta que lo que pasó era muy fuera del rango de las pretendidas anteriores que ella había hecho con su juego con el mundo escondido, un mundo real pero peligroso en extremo. Queridos jóvenes, no debemos ni acercarnos a estas cosas con cualquier pretexto. Dios, que no había comunicado con Saúl, ahora por medio del mismo Samuel ya fallecido, quien había llorado por Saúl en su desobediencia, ahora vuelve a pronunciar el mismo juicio, pero añada otra cosa; “Y Jehová entregará a Israel también contigo en manos de los filisteos; y mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos.” ¿En qué sentido iba a estar Saúl con Samuel al próximo día? Solo en el sentido que ambos estarían en el Hades, el lugar o mejor dicho la condición del alma sin cuerpo, o sea, muerto; pero como se dijo al rico en la historia hablado por el Señor Jesús “pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.” Lucas 16:25
Saúl, al escuchar de la voz de Samuel estas malas noticias, se siente aún más desesperado. No quiso comer pero por fin aceptó y su última comida la comía en la casa de una bruja. O mis queridos hermanos mayores, como he dicho antes, si solo pensamos de Saúl como un inconverso, perdimos mucha instrucción. Dijo Pablo “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo…” Pablo terminaba su carrera con gozo, aunque martirizado por el nombre de Jesucristo; igual Pedro y Jacobo. Solo Juan, como entendemos, no murió una muerte de mártir. ¿Cómo terminaremos nuestra carrera? Quiera Dios que sea con gozo en el Señor, y no avergonzado como Saúl.
Acaso la semana que viene podemos explicar más sobre el versículo de Mateo 12:43-45 “Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada.”
F. Fournier