Lev 23.5 LA PASCUA, primera fiesta, fundación de todo

Categoría de nivel principal o raíz: Antiguo Testamento
posted by: F. Fournier

Lev 23.5

LA PASCUA, primera fiesta, fundación de todo

Léase por favor Éxodo 12:1-28, Levítico 23:5


De esta fiesta solo leemos un versículo en Levítico 23:5, pocas palabras, pero profundas: “En el mes primero, á los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de Jehová.”  Vemos en este versículo que la pascua era algo profundamente especial en los pensamientos y consejos de Dios.  “Entre las dos tardes” me hace pensar que no hay otra cosa más importante en la mente de Dios que la muerte de su amado hijo primogénito, el Señor Jesucristo.  Entre la eternidad pasado y la eternidad futuro, vemos esta luz brillando “porque nuestra pascua, que es Cristo, fue sacrificada por nosotros.” 1 Corintios 5:7.


¿Y porque fue el 14 del mes, y no el primer día?  ¿Por qué aguantó Dios 4.000 años de la desobediencia del hombre?  “Mas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió su Hijo” Gálatas 4:4.  El hombre tenía que llenar la copa de su desobediencia, tanto que fue descubierta toda la maldad que hubo en su corazón, para manifestar su odio para ambos el padre y el hijo.  ¡Pobre hombre!  ¡Arruinado totalmente, sin que nadie podía manifestar una chispa de cosa buena en el!  Pero, ¡gloria a Dios!, que envió a su hijo, el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

 

Quizás vale la pena volver a repetir aquí algo que hemos considerado antes, que son dos palabras, la propiciación y substitución. 
En la pascua vemos mayormente la propiciación; “Y él es la propiciación por nuestros pecados: y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.” 1 Juan 2:2 ¿Qué es esto?  Sabemos por Éxodo 12:4 que habían casas donde “la familia fuere pequeña que no baste á comer el cordero.”  Pero es notable que no había casa que era demasiado grande la familia para comer el cordero. Eso nos quiere decir que la obra de Cristo en la cruz era suficiente para todo el mundo.  No hay nadie que puede decir “Cristo no murió por mí.”  Dios ha quedado totalmente satisfecho, o podemos decir, propicio, en cuanto el pecado.  Dios fue tan glorificado por la muerte de Cristo en la cruz, que hay salvación para cualquier que cree en su hijo.

 

Pero, ¿qué entonces es la substitución?  Vemos la respuesta en Isaías 53:5.  “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados.”  ¿Puede el inconverso, aun en sus pecados, decir “Cristo fue herido por mis rebeliones?  No, no puede decir tal cosa.  Tenemos el ejemplo en la pascua, que la sangre del cordero fue derramada “la sangre que estará en un librillo.”  Pero era la responsabilidad “tomad un manojo de hisopo, y mojadle en la sangre…untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en un librillo.” Éxodo 12:22.  ¿Bastaba que la sangre fuera derramada y puesto en un librillo?  No, claro que no.  Así el ejemplo de la propiciación; el pecador ve la sangre derramada de Cristo como propiciación para los pecados del mundo.  Pero, si el pecador quiere conocer a Cristo como su propio Salvador, tiene que, por decirlo así, aplicar la sangre a sí mismo.  Tiene que creer en Cristo, muerto en la cruz, como su substituto.  Así aplicando la sangre a sí mismo, puede decir “Cristo fue herido y molido por mis pecados.” 
 

Creo que por eso el profeta Isaías dijo en el verso 12 del mismo capítulo 53 “habiendo él llevado el pecado de muchos.”  No dice “el pecado de todos” porque no todos van a buscar remedio en esta sangre precioso, y ellos van a llevar sus propios pecados sobre sus cabezas en el infierno para siempre jamás.   ¡Ojala que ninguno de mis lectores sean entre este número!
Así que la pascua forma el centro de los consejos de Dios desde la eternidad pasada, y hasta la eternidad futuro, nosotros que hemos creído en Cristo, pasaremos el tiempo en la morada celestial meditando sobre Aquella bendita persona y su obra consumada, sin cansar nunca de sus glorias.

 

Éxodo 12:1-12: “Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura: con hierbas amargas lo comerán….Y así habéis de comerlo: ceñidos vuestros lomos, vuestros zapatos en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente: es la Pascua de Jehová.”
 

Es cierto que la sangre en la puerta era suficiente para proteger los Israelitas de la ira del ángel.  Pero, tenemos algo más en la pascua, que vemos en esta fiesta que comieron dentro de la casa.  El ejemplo para nosotros es esto, que el ser Cristiano quiere decir mucho más que solamente ser protegido del juicio de Dios.  Sabemos que desde el principio del hombre, Dios quería tener comunión con su criatura.  Así que, nosotros somos salvos del infierno por la misericordia de Dios y la sangre derramada de Cristo en la cruz, pero Dios quiere algo más.  Quiere Dios que participemos en su deleite en su Hijo.  Dios quiere que comamos la misma fiesta, que es decir, meditemos, y gloriemos en su amado Hijo, el que es nuestra Pascua.
 

“Asado con fuego” sin duda nos hace pensar de la profundidad del juicio de Dios sobre el Señor Jesús por los pecados.  Pero, ¿por qué eran hierbas amargas?  ¿Acaso una fiesta no es algo siempre agradable?  Sí, pero con ella, las hierbas amargas nos hacen recordar que eran nuestros pecados que causaban el sufrimiento y la muerte de nuestro Amado Salvador Jesús.  Nuestra  culpabilidad fue puesta sobre el Señor Jesús.  Nos sentimos nosotros humildes en su presencia, agradecidos por la profundidad de lo que sufrió en la cruz.  Me hace pensar de los leprosos que fueron limpiados pero solo uno “como se vio que estaba limpio, volvió, glorificando á Dios á gran voz, y se derribó sobre el rostro á sus pies, dándole gracias.”  Lucas 17:15  Todos eran limpiados, pero solo uno quiso caminar, por decirlo así, en comunión con Dios, alabando a Cristo.  
 

¿De qué manera debían ellos de comer la Pascua? “Ceñidos vuestros lomos, vuestros zapatos en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano.”  Leemos en el nuevo testamento bastante las cuales apoyan la interpretación de las palabras sobre lomos ceñidos.  Efesios 6:14: “Estad pues firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad”. 1 Pedro 1:13: “Por tanto ceñid los lomos de vuestro entendimiento ceñidos, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os es traerá  cuando Jesucristo sea manifestado.”. Lucas 12:35-36: “Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas, y vosotros sed semejantes á hombres que aguardan a que su señor regrese…”  
 

Ellos en aquel entonces usaron vestidos largos, y para caminar tenían que ceñir o amarrar sus vestidos.  Así nosotros, tenemos mucho alrededor que impide nuestro caminar, dejarnos correr con libertad. Nuestra mente o entendimiento es caprichoso, y si no nos cuidamos, corremos tras cosas que no son la verdad. 
 

¿Y no es bastante obvio que todo sea en vista del pronto venir del Señor Jesús en el arrebatamiento?  Los Israelitas estaban listos para salir de Egipto, sus zapatos en sus pies.  Nosotros, ¿estamos en la misma condición?  ¿O estamos más bien contentos de quedarnos aquí?  Cristo viene pronto, decimos a veces, pero debe de ser más que palabras.  Debe de afectar nuestra forma de vivir.
El bordón o bastón en la mano nos habla de que entre tanto que andemos aquí, solo podemos caminar en comunión si nos apoyamos en el Señor.  No somos capaces de caminar solos.  Pero es su trabajo como nuestro sacerdote apoyarnos en nuestra senda aquí, para que caminemos en comunión con Dios hasta que venga el Señor Jesús para arrebatarnos al cielo.  ¡O Señor Jesús, queremos que sea hoy día!

 

¡Qué triste seria si nosotros quedáramos satisfechos de escapar del infierno, sin gozar de comunión con Dios en nuestro caminar en este mundo!

F. Fournier